¿Cómo lograr que los niños no se desanimen?

¿Cómo lograr que los niños no se desanimen?

Muchas veces al enfrentar algunos retos las personas se desaniman antes de poder superarlos. Esto puede pasar también con los hijos.

¿Qué es el desánimo?

El desánimo se puede definir como el poco entusiasmo o falta de energía para hacer, resolver o lograr algo.

El problema de que tu hijo se desanime antes de enfrentar alguna situación radica en que usualmente no enfrentará los obstáculos que se le presenten para lograr terminar las tareas que debe realizar, esto lo afectará en su vida cotidiana al dejar las cosas sin concluir.

El desánimo puede producirse debido a una percepción pesimista de los hechos que suceden o a una forma negativa en la cual la persona se percibe.

¿Cómo identificar si mi hijo se desanima?

Si tú hijo es de los que constantemente dicen frases como: “esto siempre me pasa solo a mí”, “siempre que me pasa algo bueno sé que no va a durar”, “yo siempre hago que todo se eche a perder”, “no tengo amigos porque soy muy mentiroso”, entre muchos otros ejemplos. Esto puede deberse a la manera en la que percibe la vida, la cual tiene que ver con la explicación de los hechos cotidianos que se dice a si mismo.

Las frases anteriores permiten identificar a los padres que su hijo está interpretando los sucesos que le acontecen de una forma pesimista lo que podría derivar en que se sienta desanimado y con poca motivación.

¿Cómo ayudo a mi hijo para que no se desanime con facilidad?

  1. Para ayudarle a que no se desanime ante situaciones poco agradables y los retos a los que se enfrenta cotidianamente, debes enseñarle a ver que lo que sucede no siempre será de esa manera, aunque la situación que deba enfrentar sea difícil. Por ejemplo: si al salir con su bicicleta tuvo una caída y se lastimó, debes trasmitirle el mensaje de que esta situación no será siempre así y que hay muchas más veces en las que esto no sucedió, por el contrario hubo momentos en los que pudo disfrutar de un paseo agradable. Muéstrale a tu hijo cada evento desagradable como una  situación particular y no como algo que siempre sucede o está destinado a ser así.
  2. También existen ocasiones en las que los hijos se pueden percibir como una persona “traviesa”, “mala”, “molesta”, “mal estudiante”, “mentirosa”, “egoísta”, entre otras. En estos casos hay que enseñarles que aunque hay algunas ocasiones en que hizo algo que no debía, esto no lo hace ser una persona “mala”. Un ejemplo de ello es cuando ha mentido en algún momento, en este caso no se le debe llamar mentiroso debes hacerle entender que lo que hizo en esa ocasión particular no estuvo bien, pero que puede hacerlo mejor en una próxima oportunidad. Otro ejemplo puede ser cuando traen una mala nota en un examen o trabajo escolar, en vez de decirle que es  un “pésimo estudiante”, hazle saber que hay también momentos en los que ha traído notas buenas y trasmítele el mensaje de que confías que logrará superar esa mala calificación. Dile lo bueno que es, a pesar de que algunas veces no actúe de la mejor manera. La forma en la que veas y le comuniques a tu hijo quien es, será la manera en la que se comportará y percibirá.
  3. Hazle ver a tu hijo que aunque el resultado de alguna actividad no sea el deseado esto no significa que todos los pasos que hizo para obtenerlo estén mal. Puede servir de ejemplo la siguiente situación: digamos que tu hijo está haciendo un problema de matemática el cual debe dar como resultado el número 6 pero resultó que él obtuvo otro resultado, en este caso aunque el resultado no fue el esperado no significa que todos los pasos que hizo para resolver el problema estén malos. Quizás debía identificar la operación matemática y las cifras que debían operarse, quizás también debía restar, sumar o multiplicar y esto lo hizo bien, en fin se debe mostrar que hubieron cosas que si hizo bien para resolver dicha operación aunque el resultado hubiera estado equivocado. Lo que se debe hacer es ayudarle a identificar todas las cosas que hizo bien y lo que no resultó bien, esto último para que en una próxima ocasión pueda corregir el error y de esta manera logre el resultado que esperaba.

¿Por qué enseñarle a mi hijo a ser optimista?

Si muestras a tus hijos una forma optimista de explicarse los hechos que suceden, le haces saber que es una persona capaz de conseguir las metas que se propone y le ayudas a identificar los pasos que hizo bien para realizar alguna tarea que se propuso aunque no obtuviera el resultado esperado, se desanimará mucho menos ante los eventos difíciles de la vida y tendrá entusiasmo para tratar de lograr sus metas.