¿Cuáles son las consecuencias del mal en el mundo? (Basado en la película El Señor de las Moscas)

¿Cuáles son las consecuencias del mal en el mundo? (Basado en la película El Señor de las Moscas)

El ser humano es complejo, creado a imagen y semejanza de Dios tiene todo el potencial de alcanzar las virtudes más sublimes procurando incluso la estatura de Cristo; más herido por el pecado puede bajar a los niveles más viles, capaz de desvirtuar su verdadera naturaleza hacia una forma animal, diabólica.

Muchas cosas podríamos decir y rescatar de El señor de las moscas, pero todas ellas al final muestran, de una u otra forma, el extremo de las dos caras (virtud y vicio) de la misma moneda llamada ser humano.

Esa ha sido la historia de la humanidad, atestiguada desde el Génesis y representada ahora en la obra de William Golding y llevada a la pantalla por Harry Hook.

Si bien la película tiene diferencias con respecto a la novela, ambas versiones permiten reflexionar sobre la naturaleza humana y la forma en que esta, orientada hacia el bien o hacia el mal, afecta finalmente al mundo.

Si bien es cierto ninguna película es 100% igual al libro que la inspira, la película coincide en puntos fundamentales del mensaje que desea transmitir. En mi parecer, la película omitió algunos detalles del libro que podría cambiar ligeramente su interpretación. Por ejemplo, en la escena de meditación de Simón con la cabeza del cerdo, el Señor de las Moscas le dice “yo soy la bestia”. La cabeza de alguna manera “habla” y manifiesta cuál es su papel en la historia, mientras que en la película la cabeza parece ser solo una representación de la ignorancia que hay en la mente de los niños.

Dicho esto, podría decirse que la película tiende más a contraponer a la ilustración científica y la civilización contra la ignorancia y la barbarie, mientras que el libro lleva las cosas a un plano más espiritual como la tendencia al bien contra el daño que ocasiona el pecado.

En adelante, tomaremos solamente la versión de la película como referencia, aunque sin dejar de lado la intención original del libro por representar el combate espiritual que se lleva a cabo en este “experimento social”.

Tras un accidente de avión, los niños llegan a una isla desierta donde en adelante no contarán con la guía de adultos. La escena muestra su llegada a una isla paradisiaca, misma que nos recuerda el Jardín del Edén donde como niños, al igual que Adán y Eva, inician un proceso de convivencia en inocencia y una tendencia al deseo del bien.

Para sobrevivir, los niños utilizan el conocimiento que recibieron durante su formación en la escuela militar, tal como Dios le explicó a Adán lo que debía y no debía hacer. El conocimiento les dice que deben permanecer unidos a la vez que deben mantener una estructura, orden y respeto social. Cada uno tiene un rol que jugar y todos deben participar; la obediencia a la autoridad así como la responsabilidad y el compromiso son claves para mantener la armonía e ir logrando la supervivencia ante el nuevo reto de tener que esperar por su rescate.

Lo primero que será puesto a prueba en ellos es la esperanza, se enfrentan ante la pregunta de si serán rescatados. Dos posiciones surgen aquí: la que dice que es cuestión de tiempo y que para ayudar en su rescate deben mantener una hoguera encendida en la parte alta de la isla. Esta hoguera representa la esperanza de ser rescatados, pues esperan que alguien la vea a la distancia; para mantener la hoguera encendida es necesario tomar turnos de manera que se garantice una vigilia constante sobre ella y el horizonte.

En contraposición, gradualmente se va gestando la posición de que llegaron a la isla para quedarse, nadie vendrá en su rescate y por lo tanto para sobrevivir es mejor adaptarse a la isla, asentarse en ella y explotar sus recursos para vivir mejor; esta posición, carente de la esperanza del rescate, hace que la hoguera y la vigilia dejen de ser importantes a la vez que les imprime un sentimiento de pertenencia a aquel lugar al cual realmente no pertenecen.

Lo anterior nos recuerda al naufragio de la humanidad tras haber pecado en el paraíso y el destierro a esta tierra a la cual no pertenecemos. Pero este destierro viene acompañado de la esperanza del rescate, esperanza que se ve representada en mantener vivo el fuego de la fe en Dios y la vigilia esperando de la llegada del Salvador. Esta esperanza mantiene en nosotros clara la idea de que no pertenecemos a este lugar, que nuestra casa es la del Padre y que hacia allá iremos tras el rescate del Salvador (Jesús Cristo). La contraparte es la pérdida de la fe, al no esperar rescate alguno llegamos a pensar que este mundo pasajero es en realidad el lugar al que pertenecemos y por lo tanto tenemos que trabajar en él con la intención de hacer nuestra estancia perpetua lo más placentera posible.

El tema del liderazgo es igualmente clave aquí, de acuerdo con la versión de la película, Ralph trae la envestidura de líder desde la escuela militar, los demás reconocen su autoridad y la respetan. Al principio él pone las primeras reglas de la comunidad e intenta utilizar la ley, el orden y el conocimiento científico como las herramientas para mantener la seguridad social.

Su antagonista Jack, es un niño problemático que ve en la isla la oportunidad de vivir sin límites ni reglas, sin las órdenes de los adultos. Jack rivaliza con la autoridad de Ralph haciendo uso de sus habilidades como cazador y su poder de convencimiento para ganar cada vez más poder.

El autor nos muestra entonces una grandiosa lección de vida: un líder positivo débil es tan malo como un líder negativo. A pesar de que Ralph intenta mantener la “luz” de la civilización, comete el primer error en su rol como líder: cuando se entera de que la comunidad ha votado por elegir un líder, en su afán por mantener un carácter conciliador con Jack (y por lo tanto también con lo que él representa) dice “…no importa quién esté a cargo, debemos trabajar juntos…”.

Por designio, él era el líder, tenía la formación y el conocimiento para velar por el bienestar del grupo, debía mantener la esperanza, la unidad y la disciplina a la vez que debía mantener viva la consciencia colectiva de que el rol de todos era importante y que ello demandaba responsabilidad consigo mismos y con el grupo.

En su lugar, se mostró como un líder débil, pues aun cuando tuvo la capacidad de organizar al equipo, no mantuvo la supervisión y la motivación en forma constante, permitió que el fuego quedara abandonado, sin vigilia constante y que Jack cuestionara su autoridad en perjuicio del grupo.

Su carácter débil, incapaz de ver que nadie más podía llevar a cabo la misión que le había sido encomendada permite que Jack tome control gradual del grupo y los lleve a alejarse cada vez más de lo que conocen, de la esperanza de ser rescatados, hasta el punto de olvidarse de quienes eran ellos mismos.

Jack parece tener algunas características que no muestra Ralph, carácter, acción y poder de convencimiento, crea un sentido de pertenencia al grupo (pintarse el rostro para ser parte del clan); sin embargo, como líder negativo también se esconde detrás de sus subalternos, manipula a otros para ejecutar sus planes y sus vicios lideran a su grupo hacia una debacle social en donde el pecado (representado en la maldad y la ignorancia) terminan por gobernar el lugar.

Como cristianos, tenemos que comprender el rol que Dios nos ha asignado en la sociedad. Debemos comprender que la misión personal de cada uno no la puede hacer otra persona, la persona ideal para liderar la misión personal encomendada por Dios es uno mismo. Si como cristianos somos líderes débiles permitimos que los lideres negativos afloren y tomen el control.

Este tipo de líderes negativos permiten que el pecado tome protagonismo con mayor facilidad y que se propaguen sus errores por el mundo. Al igual que como se muestra en la película, el pecado inicia una espiral de ascenso constante, incrementando la maldad (empezaron matando una iguana y terminaron matando a Piggy por maldad pura), perdiendo la dignidad personal (los niños llegaron a la isla con un elegante uniforme y terminaron viviendo como cavernícolas) así como rompiendo las relaciones entre las personas mediante intolerancias y guerras entre ellos y con la creación.

La película nos muestra cómo el pecado va escalando, primero mediante la duda (creen que no los van a rescatar), luego mediante asociaciones que buscan fines egoístas (vivir bien en aquella isla, aun por encima de los demás), esto lleva a apartar la vista del horizonte y a abandonar el fuego, esperanza que representa la luz de Cristo, sin la luz de Dios la humanidad cae en la oscuridad tanto espiritual como científica; la ignorancia de las cosas de Dios y la sana ciencia guiada por las virtudes llevan al ser humano a la superstición y al engaño respectivamente.

En este punto me gustaría detenerme para detallar en una escena tan hermosa como triste, quizá la escena que difiere más con respecto a la novela. La versión de Harry Hook nos muestra magistralmente el contraste de la luz contra la oscuridad, del conocimiento contra la ignorancia y del efecto de la gracia vs el del pecado.

Cuando los niños liderados por Jack sospechan sobre la existencia de un posible monstruo estos deciden ir a investigar, pero al llegar al lugar se asustan, tienen miedo de cuestionar y de enfrentar sus propios temores; al haberse dejado llevar por el pecado, perdieron el conocimiento de quienes eran y de dónde venían, ellos bajan a niveles cada vez más primitivos y presa de ello caen en la superstición llegando a autoconvencerse de que el monstruo realmente existe.

Si bien en el libro la cabeza representa la maldad y el pecado (el mismo demonio encarnado), en la película los niños ofrecen la cabeza como ofrenda al monstruo para mantenerlo tranquilo, lo cual representa la culminación material de la ignorancia en la que han caído.

Uno de los niños llamado Simón no se deja arrastrar por la superstición y decide luego investigar por cuenta propia.

La película nos muestra el Método Científico aplicado, Simón observa la cueva y se plantea la hipótesis de que tal vez no hay un monstruo, lleva a cabo la experimentación ingresando a la cueva y encendiendo una luz fluorescente producto de una reacción química (misma explicación que Ralph les había dado a todos a su llegada a la isla) decide comprobar su hipótesis. Simbolizado con la luz del conocimiento, Simón entra y descubre que en realidad era el único adulto que había llegado a la isla, el cual había sufrido alguna especie de daño cerebral y no sobrevivió.

Motivado por el descubrimiento, decide comunicar su hallazgo (divulgación del conocimiento), corre hacia la tribu entre las oscuridad de la noche portando en su mano la lámpara de luz química, antorcha del conocimiento, al mismo tiempo el grupo de Jack corre alrededor de la fogata comportándose como animales; el grado de ceguera al que los ha llevado el pecado es tal que son presa del miedo basado en su superstición y creen que quien viene es el monstruo, tras lo cual corren hacia él y lo matan.

En un momento de lucidez descubren que era Simón y tratan de justificar su muerte reduciendo el hecho a un simple accidente, el pecado finalmente los llevó a la muerte, en primera instancia con Simón a quien mataron por la oscuridad de su ignorancia y en el segundo caso a Piggy donde terminaron de perder cualquier respeto por la vida y lo mataron por maldad. Como si no fuera suficiente, en su afán por matar a Ralph, el pecado vivificado en la ira los lleva también a incendiar la isla.

Fe y ciencia son las dos alas con las que el ser humano debe volar, el pecado siempre busca destruir la primera y corromper la segunda, produciendo así la peor versión del ser humano, aquella que es capaz de buscar la destrucción de sus semejantes y del mundo mismo en el que vive. Cualquier parecido con nuestra realidad no es coincidencia.

La película, sin embargo, termina con un mensaje esperanzador. Ralph corre, atribulado a semejanza de la persecución que sufre la Iglesia, para encontrarse al final del camino con quien venía a rescatarlos. Todos caen en la cuenta de que Ralph siempre tuvo razón. A semejanza de un texto apocalíptico, el mundo inicia con una promesa que da esperanza: Cristo viene, durante la espera el demonio insiste en introducir el pecado en el mundo por medio del ser humano, la creación se corrompe y se produce la persecución de los que guardan la esperanza, pero no olvidemos que finalmente la segunda venida de Cristo está garantizada.